[30 de marzo de 2020] Mientras aprendemos a ajustar nuestras vidas dada la realidad del coronavirus y atendemos la solicitud de hacer nuestra parte para frenar su propagación practicando el distanciamiento físico, les invito a que se unan a mí cada semana para dedicar un momento a cultivar un «hábito de gracia». Una nueva meditación en vídeo se publicará todos los lunes hasta mayo.
30 de marzo de 2020: Ama a Dios, ama a tu prójimo, ámate a ti mismo
La semana pasada estaba leyendo Mateo 22 y me fijé en algo que no había visto antes. Mateo 22 es la Semana Santa, el justo medio de la Semana Santa. El conflicto en Jerusalén se intensifica. Jesús lo sabe y es en ese punto que alguien lo pone a prueba, alguien que probablemente intenta hacerlo caer en una trampa. Él lo sabe. Era el tipo que se apareció y le dijo: «¿Cuál es la ley más importante de todo el edificio legal de Moisés?». Y Jesús responde, a partir de lo que Moisés enseñó en las escrituras hebreas, en Deuteronomio y Levítico: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con toda tu fuerza, y amarás a tu prójimo como a ti mismo». Y luego le dice. “«De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas».
No se me había ocurrido que cuando Jesús dijo eso, él estaba realmente hablando de cómo vives en un período de incertidumbre, de cómo vives en cualquier período de tiempo. Pero cómo transitas por un territorio incierto y un terreno difícil. Él estaba en un territorio incierto en Semana Santa y era un terreno difícil. No era una pandemia. Era una pasión. Y él dijo, «ama a Dios con todo lo que tienes. Ama a tu prójimo de la misma manera. Ámate a ti mismo».
Y entonces decidí la semana pasada que me cercioraría de hacer todos los días tres cosas muy sencillas, o al menos pensar en ellas. ¿Cómo puedo amar a Dios hoy? Muy simple, nada complejo. ¿Cómo puedo amar a mi prójimo, a los demás? ¿Cómo puedo amarme a mí mismo? Y se me ocurrió que a veces, al hacer la pregunta, puede que uno tenga o no una respuesta, pero puede encontrar una respuesta para ese día. Que a veces sólo hacer la pregunta puede ayudar en momentos de incertidumbre, en días de pandemia y en momentos en que los días simplemente seguirán y seguirán y seguirán.
¿Cómo puedo amar a Dios hoy? ¿Cómo puedo amar a mi prójimo hoy? ¿Cómo puedo amar a Michael hoy? Una cosa que comencé a hacer en mi lista de oración es mantener una lista de grupos de personas por los cuales orar. Y he estado orando por los socorristas, las personas que trabajan en hospitales, las personas que mantienen abiertas las tiendas de víveres, las farmacias, los agentes de policía, los bomberos, las ambulancias. Gente que ni siquiera podemos ver. Personas que mantienen funcionando la Internet. Me refiero a todo tipo de gente. Y entonces, ofrecería esta oración por todos ellos.
Todas las personas que no vemos, pero que ayudan a conservar la vida, incluso en tiempos de pandemia.
Guarda, amado Señor, a los que trabajan, velan o lloran. Y encarga a tus ángeles que velen por los que duermen. Atiende a los enfermos, Cristo Señor. Dale descanso a los fatigados. Bendice a los moribundos. Alivia a los que sufren. Ten piedad de los afligidos. Ampara a los dichosos. Y todo por amor de tu amor. Amén.
Ama a Dios, ama a tu prójimo, y ámate a ti mismo, día por día.
Dios les ama, conserven la fe. |
No comments:
Post a Comment